Flores de geranios
El geranio es una flor del género Geranium y de la familia Geraniaceae. Muchas de las especies que decoran jardines y balcones de todo el mundo no son geranios, aunque puedan parecerlo, sino plantas del género Pelargonium. Éstas son nativas de Sudáfrica y, aunque su aspecto es similar, no pertenecen al género Geranium.
La flor del geranio es reconocible por sus cinco pétalos. Ésta puede presentarse en color rosa, rojo, naranja, violeta, blanco e incluso a veces puede presentar flores bicolores de tonos negro y verde. La inflorescencia de los geranios se llama Pleyocasio o cima umbeliforme.
Originariamente existen algo más de 400 especies de geranios, aunque los aficionados a la jardinería de todo el mundo han creado innumerables híbridos, elevando los tipos de geranios a miles. Entre ellas destacamos algunas muy aromáticas (algunas de ellas incluso con aromas de chocolate, menta o cítricos) o variedades muy resistentes al frío y a las heladas.
Las características comunes entre todas las variedades de geranios son lo decorativo de sus flores de cinco pétalos y lo agradable aroma de éstas.
Aunque el origen de estas plantas lo encontramos en Europa, en la región oriental del Mediterráneo, actualmente podemos encontrar geranios casi por todo el mundo, desde Asia hasta América, encontrando incluso algunas variedades en África.
Como decimos los geranios son resistentes y muy versátiles. Con un terreno bien preparado y riegos constantes (pero no excesivos), en pocas semanas después de su plantación tendremos una planta dispuesta y preparada para embellecer todo lo que la rodea. Hay algunas especies que prefieren el pleno sol, otras crecen mejor a la sombra, pero seguro que siempre encontramos más de una decena de tipos de geranios perfectos para la zona en la que vivamos.
Esta planta que puede alcanzar el metro y medio de altura es generalmente muy resistente, como demuestra que pueda estar presente en todos los rincones del mundo. Muchas de sus especies pueden resistir temperaturas de hasta -20 grados, aunque hay excepciones en algunas especies como la Geranium maderense, que solo puede crecer en climas templados.
